A principios de marzo del 2017 se hizo viral una historia en la Facebook, la escritora Jessica Gómez publicó una de sus vivencias transformada en una carta para todas las mujeres del mundo en su página oficial de la red social. Una muy bonita manera de hacer que las mujeres se valoren y nos sintamos bellas sin importar los prejuicios que pueda tener la sociedad o las imperfecciones que podamos tener.
La carta decía lo siguiente:
Querida amiga del traje de baño verde, quiero decirte que aunque no nos conozcamos estoy pasando un buen rato al lado tuyo y de tus amigos en este corto tiempo que tenemos frente al río entre risas y juegos por parte de los tuyos. En este poco tiempo a su lado, no pude evitar preguntarme ¿Cuando pase de ser “la chica” a “la señora de al lado”? me di cuenta que ya no soy la que sale con sus amigos, sino la que sale a pasear con sus hijos.
Pero, yendo directamente al punto, te escribo porque quiero decirte que a pesar de tus intentos por pasar desapercibida ¡te he visto! te he observado. he visto como te escondías de tu grupo para ser la última en quitarte la ropa, como te enfrascaste en tapar tu vientre con tus brazos al momento de sentarte, queriendo parecer casual.
No pude evitar notar que cuando te paraste para bañarte, tragaste saliva, porque no querías estar expuesta ante tus amigos, no era tu intención que vieran tu flacidez, tus celulitis, tus estrías. Estabas cabizbaja por no poder tapar todo con tus brazos. Incluso llegué a notar que deseabas verte reflejada en tu amiga de larga cabellera y bonito cuerpo, añorando tenerlo tú, soñando despierta mientras mirabas el suelo, buscando esconderte dentro ti, cubrirte.
Me encantaría decirte que en su momento estuve tanto en tu lugar como en el de tu amiga y ahora no estoy en ninguno de los dos, quisiera mencionarte que tus inseguridades no valen nada, no son importantes cuando quieres vivir la vida. Posiblemente si tuviera la oportunidad de regresar el tiempo, lo haría solo para disfrutar esos momentos de juventud en vez de preocuparme por mi cuerpo.
Daría mucho por mencionarte que tu cuerpo es bello solo por el hecho de estar vivo y joven. Que tus imperfecciones son las que te hacen ver perfecta, que eres bella y única. Que la persona que quiera compartir su vida contigo lo hará porque se enamorara de cada curva y línea que tenga tu cuerpo, se enamorara de ti y de todo lo que tenga que ver contigo.
Lamentablemente no puedo decirte nada, solo soy la mujer de al lado. ¿Pero sabes una cosa? he venido con mi hija, la pequeña del traje de baño rosado, y todo lo que no he podido decirte a ti, se lo diré a ella, y a mi hijo también. Porque no solo merecemos ser queridos, necesitamos querernos también.
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